La contaminación atmosférica constituye todavía un grave problema de salud en Europa y causa la muerte prematura de unos 310.000 ciudadanos cada año, según los datos recogidos por la Unión Europea como preparación de una estrategia para mejorar la situación que será adoptada próximamente por la Comisión. Las partículas en suspensión y el ozono a baja altura constituyen las mayores preocupaciones de los expertos. España se encuentra en un nivel intermedio en cuanto a contaminación atmosférica y pierde casi 14.000 ciudadanos prematuramente sólo por las pequeñas partículas.
La situación es peor de lo esperado porque no existe, al contrario de lo que se creía, un nivel seguro de contaminación, que no perjudique la salud o el medio ambiente, según un reciente informe de la OMS. Y la recogida de datos para el programa Aire Limpio para Europa ha supuesto una sorpresa desagradable para muchos expertos, que no tenían una visión global de la situación. Sin embargo, al introducir en el estudio preliminar el efecto de las medidas que ya se están tomando se prevé una mejora notable de la situación en los próximos 15 años.
En la actualidad, los efectos perjudiciales sobre la salud, siempre desde el punto de vista estadístico, son similares en escala a los producidos por el consumo de tabaco. Además, se acumulan a éstos, ya que son muchos los fumadores que ven agravada su situación por la contaminación atmosférica y entre ellos se da el mayor número de muertes prematuras.
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